Nómadas del viento

Como estudiante de ciencias ambientales, vivo alienado, pues formo parte de un sistema que desafía la lógica física y natural, esto es, la economía como motor de cambio del mundo ignora la realidad autófaga de su propio paradigma.
La situación de mi crisis existencial se agrava cuando, desde la facultad, nos abren todavía más lo ojos mostrando por un lado la belleza del mundo que nos rodea (ya sea por puro goce estético o por la increible profundidad de su funcionamiento, todavía desconocido en gran parte) y por otro lado cómo el ser humano interacciona con él. Es entonces cuando no cabe ninguna duda de que formo parte del problema. Y no nos equivoquemos, no soy culpable por vivir cómodamente(cosa que pretendo hacer toda la vida), sino por permitir los medios que se utilizan para brindarnos este estilo de vida y, de aquí nace mi sufrimiento creciente, con CONOCIMIENTO DE CAUSA.

Os preguntaréis a que viene todo esto si hablamos de un documental. Os lo explicaré. En mi vida cotidiana suelo estar en contacto con objetos inanimados, que por cierto me encantan, y no considero en absoluto perjudiciales. Coches, equipos informáticos, cómodos muebles, carreteras, edificios etc. Pues bien, teniendo en cuenta que lo que normalmente me rodea no es natural, resulta difícil despertar un sentimiento empático o de preocupación, o bien de respeto por lo ajeno al mundo humano. Dicho de otra manera, "no me siento parte de algo de lo que no formo parte".

Este documental consigue precisamente esto último. Admiración, respeto, amor por la vida que después de contemplarla de cerca consigue despertar todo aquello que permanece dormido bajo bloques de artificio (magnífico artificio que gustosamente disfruto dia a dia) que adormece mi rebeldía contra la falta de ética de muchos actos humanos.

Quisiera decir, para finalizar, que jamás había sentido tal emoción viendo un documental. No sabía que fuera posible filmar el vuelo de un ave a cientos de metros del suelo y escuchar su aleteo, al son de una música que transporta, acompaña... un espectáculo sublime.